sábado, 25 de abril de 2009

ÁLVARO CARRILLO


Álvaro Genaro Carrillo Alarcón, nació el 2 de diciembre de 1919, en Cacahuatepec, Costa Chica de Oaxaca. Fueron sus padres José María Carrillo Jiménez y Teodora Alarcón. Su infancia la paso al lado de sus padres y su hermano menor Celedonio. Su verdadera madre fue la señora Candelaria Morales, originaria de Juchitán, municipio de Azoyú, Guerrero; misma que falleció cuando Álvaro tenía apenas 10 años. Vivió al lado de la señora Teodora, segunda esposa de don José María y en razón de ello adoptó el apellido Alarcón.

Precisamente y desde muy pequeño, a su mamá le escuchaba recitar con frecuencia el conocido cuarteto: “Juchitán y Huehuetán/ andan peleando terrenos,/ Juchitán dice: ¡ganamos...!/ Huehuetán dice: ¡veremos...!” Álvaro posteriormente, le agregó texto y música, resultando así la pegajosa composición Alingo lingo.

En el año de 1935 con apenas 16 años de edad, Álvaro ingresó al nuevo internado agrícola, equivalente a la secundaria, que se fundó en San Pedro Amuzgos, Oaxaca, dentro de los programas que estableció en todo el país el general Lázaro Cárdenas, entonces Presidente de México.

Estando en el internado, formó un cuarteto integrado por Manuel Torres y Gildardo Salinas de Llano Grande, Manuel Carmona de Cacahuatepec y él; quienes se dedicaban a llevar serenatas a guapas muchachas de la región. Entre las preferidas de Álvaro en ese entonces, eran sus creaciones Celia, Morenita Linda y La Amuzgueña.

En busca de mejor destino, Álvaro emigró de su tierra natal y se estableció en Ometepec, Gro. allá por el año de 1938, donde conoció a varios amigos. Se dirigió rumbo a Ayotzinapa, Gro; se inscribió en la Escuela Normal de esa población, y estudió dos años. Sus maestros de música fueron el compositor Antonio I. Delgado (Pro-toño) y su esposa Francisca Astudillo (Pro-panchi), siendo director de la Institución el Ing. agrónomo Hipólito Cárdenas, quien lo indujo a estudiar ingeniería en Chapingo. Compartió en Ayotzinapa también, con el profesor Fidel Gallardo Arellano y el ahora ingeniero Eleazar Jiménez Jiménez, paisanos de Tacubaya y Cacahuatepec, Oax. respectivamente.

En 1940 llegó a la ciudad de México, donde posteriormente se conoció con Mateo Aguirre López y Pedro de la Cruz Salinas, precisamente en el negocio “El Pez de Plata”, en las calles de Perú. Pedro de la Cruz le pidió a Álvaro que como solista y en la hora del bohemio, colaborara en su negocio “El Sarape”, en las calles de Venezuela y el Carmen; así también en “La Metralla”; lugares en los que participó posteriormente, Indalecio Ramírez.

En ese mismo año -junto con su paisano Eleazar- ingresó a la Escuela Nacional de Agricultura en Chapingo, donde previamente cursó la preparatoria especializada. Concluyó sus estudios como ingeniero agrónomo, dejando a su escuela una canción de despedida que es como un himno para esa institución: Adios a Chapingo.

El bolero Sabrá Dios, lo compuso Álvaro a raíz de la compra de un timbre postal, en las oficinas centrales de la ciudad de México. Al pagar el timbre, le dijo a la empleada: gracias señora; ésta molesta le aclara: ¡señorita por favor..! Álvaro suavemente contestó: Sabrá Dios... Ello dio pauta para que en el tiempo transcurrido entre tomar el autobús y llegar a su domicilio, ya tenía el tema de esa bella melodía, que bien interpretada por el trío Los Tres Ases, le ha dado la vuelta al mundo.

Comentaba su ex maestra de música, Francisca Astudillo Vda. de Delgado, que en Chilpancingo, cuando se empezó a escuchar en la radio la melodía Sabor a mí, le decía su esposo Antonio I. Delgado: ya me imagino el sabor que debe tener Álvaro, si cuando presentaba su examen de solfeo, emitía un olor a pura cerveza, tequila o mezcal...

En uno de sus tantos viajes a Ometepec, cuenta Mateo Aguirre López, que estando con Álvaro en el arroyo de Talapa, le reclamó el por qué no había compuesto una chilena a Ometepec, el compositor respondió que Ometepec ya tenía chilenas compuestas por Vidal Ramírez, Agustín Ramírez y otros tantos, sin embargo en ese momento comenzó a darle forma al bonito bolero Tardes de Ometepec, del cual es fiel intérprete precisamente Mateo. En ese convivio también estuvieron Pancho Añorve, Chico Noriega, Alfredo Aguirre, Isauro Guillén Vázquez, Salvador Añorve Herrera y Simón Solano.

En el transcurso del tiempo hizo amistad con el trovador Antonio Pérez Meza y Pepe Jara; y a petición del cantante Carlos Madrigal, el trío Los Duendes grabó su canción Amor Mío, misma que obtuvo mucha popularidad, motivo por el cual dejó la ingeniería por la composición.

Entre sus principales intérpretes tenemos a: Julio Iglesias, Los Lobos, Ana Belén, Paloma San Basilio, María Conchita Alonso, Pablo Milanés, Dyango, José Luis Rodríguez, Plácido Domingo, Tania Libertad, Ricky Nelson Susana Harp, José José, Luis Miguel, Alejandro Fernández, Vicente Fernández, Ana Gabriel, Guadalupe Pineda, Café Tacuba, Carlos Cuevas, Luis Aguilar, Miguel Aceves Mejía, Pepe Jara y otros tantos.

En una de las tertulias en Huajintepec, Gro. Álvaro conoció a quien fuera su esposa, Ana María Incháustegui Guzmán, con quien contrajo matrimonio el 21 de julio de 1960, hija de un español y de la señora Eloína Guzmán Añorve. De este matrimonio nacieron sus cuatro hijos: Pedro Álvaro, Mario Alberto, Ena Marisa y Georgina Lorena. Anteriormente fue casado con Ma. Concepción Escudero; y no tuvieron hijos.

Su última actuación en público con el estilo personal que lo caracterizó, fue en el Cardini Internacional de Ciudad Juárez, Chihuahua.

Falleció en forma trágica la tarde del 3 de abril de 1969. Regresaba de la ceremonia de toma de posesión del Gobernador de Guerrero Profr. Caritino Maldonado Pérez. Álvaro venía junto al chofer y su esposa y dos de sus hijos, Alvarito y Mario, en el asiento de atrás.

A las siete de la noche aproximadamente, y antes de llegar a la ciudad de México, a la altura de la caseta de cobro, un vehículo que se desplazaba en sentido contrario a la autopista conducido por una dama, salió de su carril, cruzó el camellón y se impacto al vehículo donde viajaba la familia Carrillo Incháustegui. El chofer falleció instantáneamente, Álvaro y su esposa un poco después; salvándose milagrosamente los pequeños.

Fueron velados los cuerpos en el Teatro de los Compositores. La inhumación se llevó a cabo en el Lote de Compositores del Panteón Jardín, al sur de la ciudad de México, con su esposa Ana María.

Su legado artístico comprende más de trescientas canciones, algunas transmitidas en forma oral, otras impresas en papel pautado y tantas más, en los medios electrónicos. La Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, vive en perenne duelo.


JAIME LÓPEZ JIMÉNEZ
jailo38@yahoo.com.mx
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Publicación original:
Diario El Sol de Acapulco, Sección Sociales, página 3C, 26 de enero del 2004.

http://costachicanuestra.blogspot.com

2 comentarios:

  1. no podia falta dentro de las biografias de esta pagina, el gran Alvaro Carrillo maximo exponente de la musica vernacula, soy gran admiradora de este personaje y que no hubiera dado por conocerlo, solo que cuando el murió yo aun no nacia ni como hacerle verdad? jajaja pero dejó un gran legado musical yla admiracion de muchos.

    atte. una fan de Alvaro Carrillo

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  2. Felicidades amiga y gracias por tus comentarios.

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