(Pionero de la moderna Marina Mercante de México)
JAIME LÓPEZ JIMÉNEZ
El Capitán de Altura Miguel Ángel López González, nació en Ometepec, Guerrero, el 15 de mayo de 1934; siendo sus padres el Coronel Constitucionalista Efrén López López y doña Cristina González Salinas. Miguel Ángel tuvo 14 hermanos por el lado paterno, 10 hombres y 4 mujeres; por la parte materna 2 hermanos: Saturnino y Francisca. Contrajo matrimonio con la señorita Norma Pérez Morales, en el puerto de Veracruz, el 19 de enero de 1962, procreando 3 hijos: Miguel, Ángel, Fernando y Norma.
Realizó sus primeros estudios en su natal Ometepec, en la escuela primaria “El Porvenir Social”, para después trasladarse a la Ciudad de México, donde no pudo inscribirse en alguna escuela secundaria, por llegar después del periodo de inscripciones; sin embargo logró matricularse en una Secundaria Federal con internado, en Orizaba, Veracruz.
Posteriormente se incorpora a la Escuela Náutica Mercante “Fernando Siliceo”, en el puerto de Veracruz, el mes de enero de 1953. Perteneció a la generación XXXVIII, de 1953-1957 tomando el área de Cubierta.
Una vez concluidos sus estudios y en vía de práctica, se le asigna su primer barco en calidad de Pilotín: el buque de motor MA. DOLORES, siguieron el SINALOA, CORZO y CARIBE.
Se tituló el 7 de julio de 1959 como Piloto e Ingeniero Geógrafo; el 15 de julio de 1963, como Capitán; y, el uno de abril de 1969, como Capitán de Altura, de la Marina Mercante Nacional.
Ahora bien, sus primeros embarques como piloto, fueron en los barcos: CAOMEX, VALLADOLID y AVE DE TAHITÍ; y, ya en calidad de Capitán, los barcos: TLAXCALA, CAMPECHE, SALVADOR, MEXICANO, AZTECA y MONTERREY; este barco, muy bien equipado y con todos los avances de la marinería moderna; y fue muy significativo para nuestro biografiado, pues fue el primer barco mexicano portacontenedores, traído por él mismo desde Yugoslavia hasta Mazatlán, Sinaloa, para su abanderamiento; y, a cuyo evento asistió el presidente de México en ese entonces, Luis Echeverría Álvarez.
Comenta el Cap. López: “Comenzó la fiesta, los invitados eran como 50 personas, se abrieron botellas de vino yugoslavo, italianos, franceses y españoles, botellas de champaña, caviar del Danubio y del Saba, los finos jamones dalmacianos, los finos quesos europeos, la comida mazatleca de pescados y mariscos que satisficieron a los invitados…”
Cuando se hace la entrega oficial del barco MONTERREY al capitán López González, su jefe inmediato le dice: “No tienes que agradecerle nada a nadie, vas a este barco porque te lo ganaste con tu trabajo y porque eres el mejor capitán, nada más..”
El Capitán Miguel Ángel López González, recorrió de lado a lado, los tres grandes océanos que cubren la tierra: Atlántico, Pacífico e Índico. Además, el Mar Adriático, el Mar Mediterráneo, el Mar del Norte, el Mar del Caribe, el Mar de China, el Mar de Japón y la pobreza de las costas africanas; agregando a los golfos más peligrosos del mundo como el Vizcaya, el Golfo de México y el Golfo de Tehuantepec, por mencionar algunos.
En sus múltiples viajes recibió reconocimientos como del alcalde de Acapulco, Antonio Trani Zapata; Recibe las llaves del puerto de Bremen, Alemania; y, en los puertos de Yokohama, Tokio, Chimuzo, Nagoya, Yokaichi, Kobe, Osaka e Ishinomaky, en el Japón, donde alcaldes y reinas de belleza le entregaron diplomas y placas conmemorativas, al primer viaje del buque portacontenedores MONTERREY, de bandera mexicana. Además, para conmemorar la inauguración de la línea Japón-Nueva York, el alcalde en este puerto le entrega al Cap. López González, la llave de la Ciudad neoyorkina.
Un poco después fue nombrado Subdirector de la “Escuela Náutica de Tampico”; así también fungió como Director de Operaciones y Comercialización del Buque Escuela Náuticas México.
Como intelectual, el Capitán se dio a la tarea de escribir un singular libro autobiográfico de 716 páginas, titulado: “BITÁCORA DEL CAPITÁN”. Aquí, presenta inicialmente la monografía de la región; y dos partes de su interesante vida: Por un lado una minuciosa investigación genealógica de sus ascendientes y colaterales; donde incluye desde luego, las vicisitudes de su infancia. La otra parte la constituye la odisea que vivió en su carrera profesional. Es un libro ameno, con muchas observaciones y detalles de principio a fin. Es de admirarse pues, la memoria prodigiosa del autor, que plasma sus vivencias con el cuidado con que se graba el guión de una película en el acetato.
Y, antes de editar la obra en mención escribió los libros siguientes: “Contenedores, Carga y Estiba”, 1975; “Buques y Sistemas de Carga” (plaquette con fotografías) 1975; “Reglamento Internacional de Banderas de una sola letra (se les agregó el código morse y además, señales de auxilio internacionales) 1976; “Reglamento Internacional de Luces y Señales para prevenir los abordajes en la mar (con dibujos ilustrativos a colores) 1976”. Además: “Manual para Capitanes de los Buques”, 1976; “Apuntes sobre Seguro Marítimo y Comentarios”, 1994; “Contratos de Fletamento Marítimo, 1994; “Formato para Inspección de Buques y Cargas”, 1996; “Buques, Maniobras, Operaciones, Cargas e Instalaciones Portuarias”, 2007. Agregando a lo anterior, que estos libros y reglamentos han sido adoptados como texto y consulta por las escuelas náuticas de México.
Para concluir, recordemos siempre que con el Capitán Miguel Ángel López González, la bandera mexicana flotó en los tres océanos que cubren la tierra; y, en manos de un guerrerense nacido en Ometepec.
A manera de Colofón:
“Diciembre 31, de 2007, 2400 hrs. Tiempo local:
Navegando sin novedad con buen tiempo, cielo despejado, mar y viento en calma. Feliz de haber vivido y navegado como Capitán en estos mares, vivo y viviré de mis recuerdos, de cientos, de miles de millas navegadas enfilado al faro del último puerto de mi destino”. Op. Cit.
“Desnudo mar, sediento mar de mares,
hondo de estrellas y de espumas alto,
prófugo blanco de prisión marina
que en estelares límites revienta”.
Octavio Paz.
No soy de aquí, ni soy de allá; pero hace como 20 años intenté leer las novelas y poemas de escritores guerrerenses; para mi sorpresa, localicé más de 30 novelas y que decir de poemas. Pero que desgracia que las casas de la cultura o como se llamen ahora, sus directores tengan intereses políticos y no culturales y entonces la cultura regional que debieran difundir y arraigar en el espíritu de todas las generaciones, la guarden en estantes viejos y descuidados, que a pocos interesa. Puedo afirmar sin equivocarme que Guerrero es uno de los 10 Estados más prolífico en poesía y novela.
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