domingo, 22 de noviembre de 2009

Esc. Normal de Huajintepec, Gro.


PROFESORA jubilada Socorro Añorve López,
ex alumna de la Escuela Normal Mixta de
Huajintepec, Gro.

JAIME LÓPEZ JIMÉNEZ

En el periodo presidencial del general Lázaro Cárdenas, precisamente en el año de 1935, se fundó la Escuela Normal e Internado para hombres y mujeres en Huajintepec, Gro. Su primera directora fue la profesora Victoria Añorve Carmona, el segundo director fue el profesor Manuel Sánchez Vite, que como dato curioso, fue líder nacional del PRI y posteriormente gobernador del estado de Hidalgo, en época del presidente Echeverría Álvarez.

El tercer y último director fue el profesor Maximiano Morán, a quien en el año de 1942 le tocó cerrar la institución por determinaciones superiores, y en razón de conflictos personales que se suscitaron entre maestros y algunos ciudadanos de la localidad.

La escuela fue instalada originalmente en la casa de la profesora Victoria Añorve Carmona y posteriormente en casa del señor Rafael Ramos Añorve. Los alumnos que ingresaron a esa escuela, fueron originarios de la Costa Chica, tanto de Guerrero como de Oaxaca.

Hasta donde alcanzó la memoria de los informantes, la primera generación la constituyeron: Pablo Añorve Ortiz, Rafaela Añorve Ortiz, Rafael Reyes Añorve, Rafaela Reyes Jiménez, Felicísima Reyes Jiménez, Olegaria Meza Hernández, Daniel Ramos González y Alfonso Añorve Mier, entre otros.

Alumnos que cursaron sus estudios en años posteriores fueron: Juana Domínguez Hernández, Arnulfo Martínez Medel, Germán Hernández, Fidel García, Pastor Montero Martínez, Mario Añorve Acevedo, Wenceslao Añorve Meza, las hermanas Juana y Socorro Añorve López, Cirina Martínez Martínez. Así también, Amalia Hernández, Gloria Camero Rodríguez, Concepción Añorve Montero, Ma. Esperanza Montero Salinas, Fidel Gallardo Arellano, Serafín Añorve Ortiz, Cutberto Gil Cristóbal, Nicolás Cristóbal Montaño y Salvador Soto Casarruvias. Además, Praxedis Guerrero, Florentina Pastrana, Rafael Piza Salinas, Francisca Camero y Manuel Zamora Herrera, entre otros alumnos que nuestras informantes pudieron recordar.

Se informó también a esta columna, que en ese mismo internado estuvo el señor Manuel Valverde López, en calidad de maestro en las áreas de Geografía y Prácticas Agropecuarias, mismo que se integró al fuerte equipo de basketbol que representaba a Huajintepec, en los torneos relámpagos que se organizaban periódicamente, en donde competían Atenango de Río, Azoyú, Huehuetán, Juchitán, Marquelia, Huixtepec, Ometepec, etc.

Y a propósito, fue en esos eventos donde el señor Valverde López, conociera a quien después fuera su esposa, la escritora Angelina Díaz Pamplona.

Volviendo al tema, al clausurarse la Escuela Normal de Huajintepec, a las alumnas se les ubicó en la Escuela Normal para Mujeres “Vanguardia”, en San Antonio de la Cal, Oaxaca. A los hombres en la escuela normal de Comitancillo, también estado de Oaxaca, unos; y a otros, en la Escuela Normal de Ayotzinapa, Guerrero.

Muchas gracias a las profesoras Socorro Añorve López y Felicísima Reyes Jiménez, ex alumnas de esa institución, por la valiosa información que nos proporcionaron.

¡Hasta la próxima..!
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miércoles, 18 de noviembre de 2009

Alfonsina Storni

Está presente en la Costa Chica


POR: ROSALINA NICOLAT

En un pequeño poblado de la Costa Chica, llamado El Naranjo y muy cerca de Huajintepec, hay un centro preescolar que por nombre lleva “Alfonsina Storni”, haciendo presente la memoria de aquella poetisa que en las costas argentinas, se introdujera al mar y jamás se supo de ella.

Alfonsina Storni Martignoni, nació en Sala Capriasca, Suiza el 22 de mayo de 1872; y murió suicidándose en Mar de la Plata, Argentina, el 25 de octubre de 1938. Una de las poetas más conocidas del mundo iberoamericano.

A muy temprana edad se trasladó con su familia a la Argentina. Fue maestra de la Escuela Normal, profesora de arte dramático y colaboró con varios grupos de teatro juvenil. Sin embargo, lo más conocido de su obra son sus libros de poesía.

Comenzó su carrera literaria en 1916 con La inquietud del rosal, que recoge las sugestiones intimistas y sentimentales de un nuevo romanticismo, desprendiéndose de la poderosa influencia del modernismo. En esta línea publicó El dulce daño (1918), Irremediablemente (1919) y Languidez (1920).

Sus viajes a Europa en 1930 y 1934 influyeron en un cambio de rumbo poético, que se refleja en sus libros de madurez, los más logrados, donde la experiencia amorosa se torna confidencia dramática, reflexión sobre la condición femenina y una audaz, para la época, sinceridad erótica: Mundo de siete pozos (1934) y Mascarilla y trébol (1938). Formalmente, su expresión se hace más libre y se evade de los anteriores moldes del clasicismo.

Perteneció a un grupo de mujeres poetas como Delmira Agustini, de Montevideo, Uruguay; Juana de Ibarbourou, Montevideo; Gabriela Mistral, chilena y primera latinoamericana en obtener el Premio Nobel de literatura, en 1945; y la también uruguaya Eugenia Vaz Ferreira.
Todas ellas estuvieron entre el modernismo y el vanguardismo, y lucharon por el derecho de las mujeres a expresar sus ideas y sentimientos por medio de la escritura.

Además de poesía, Alfonsina escribió teatro para adultos, teatro infantil y artículos periodísticos. En el 2005 se publicó un volumen póstumo de ensayos titulado “Nosotras y la Piel”.

De acuerdo con uno de sus biógrafas, Josefina Delgado: “la personalidad literaria de Alfonsina Storni tiene, todavía, algunos aspectos que no han sido investigados. Sus trabajos periodísticos, si bien carecen de valor literario, sirven para seguir el rastro de un pensamiento que fue, para su época, de avanzada”.

Según sus biógrafos, algunos manifiestan que falleció por cáncer de mama; pero la mayoría insiste, que Alfonsina, siendo apasionada del mar y a quien dedica la mayor parte de sus poemas, en la tarde del 25 de octubre de 1938 se introduce a las aguas del Mar de la Plata en Argentina, y jamás regresó.

jueves, 12 de noviembre de 2009

CERRO DE HUIXTEPEC

Cerro de Huixtepec, del náhuatl: “cerro de espinas”

JAIME LÓPEZ JIMÉNEZ
Aunque muy cerca de Huixtepec, a este cerro se asciende por el poblado de La Concepción, a una hora y 15 minutos de Ometepec, cuya población es de 900 habitantes; y ubicada en la falda del citado cerro. Para llegar a la cima, se hace un recorrido de 30 minutos aproximadamente, a pie.

Situado a 500 metros sobre el nivel del mar, se dice que es un volcán apagado y de doble cresta o pico; y todavía hasta hace algunos años, se escuchaban desde lejos, fuertes retumbos que provocaban la expectación de pobladores de las comunidades vecinas y visitantes.

Hay una tradición que poco a poco se está arraigando más. Es que el 3 de mayo, día de la Santa Cruz, familias enteras de la región van en plan de excursión a este cerro, hasta llegar a al vértice del cono donde se construyó una cruz de concreto como de tres metros de altura y forrada con mosaico de pequeños espejos.

Antes de llegar y en la cima del cerro, se instalan puestos de comidas, antojitos y refrescos para el consumo de los visitantes que no llevaron su itacate.

Sin embargo, en cualquier día del año podemos visitar este bello lugar, desde donde de divisan las poblaciones de: Xochistlahuaca, Zacualpa, Guadalupe Victoria, Huajintepec, La Catalina y Cuajinicuilapa; además, Ometepec, Acatepec, Santa María y San Cristóbal; así también, Lo de Soto y Tacubaya, Oaxaca, incluyendo los ríos Santa Catarina y Quetzala, entre otros lugares.

En algunas ocasiones se aprovecha un pequeño plan que está entre los dos picos del cerro para celebrar misas, en la que participan los excursionistas.

¡Te esperamos!

Para finalizar, incluyo mi siguiente soneto:

CERRO DE HUIXTEPEC

Centinela perenne de mi tierra
cerro de Huixtepec: ¡cuánto te quiero!
Eres gigante, cálido y señero;
testigo de la historia que tu encierras.

Un volcán apagado y sin bravuras,
no tienes fumarolas de humo fiero;
en cambio entregas paz a los viajeros
que surcan emotivos tus alturas.

Hoy vengo a saludarte con mi canto
que matiza el albor de la mañana;
después que dormiste… tanto y tanto

en brazos de las musas cortesanas,
ya despiertas con verdoso encanto
escondido en las brumas que engalanas.

¡Hasta la Próxima..!
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lunes, 9 de noviembre de 2009

EL SABIO QUETZALCOATL

Dictó a su pueblo leyes sabias y austeras

Jaime López Jiménez

Quetzalcóatl.- Del náhuatl: Serpiente Emplumada. En el siglo X d.C. los toltecas lo identificaron con el planeta venus. Nadie supo de dónde habría venido; tal vez de otro país atravesando el mar. Enseñó a su pueblo cómo fundir y trabajar la plata, labrar las piedras verdes llamadas “chalchivites”, otras hechas de conchas coloradas y blancas; y el arte de trabajar las plumas de los pájaros.

Dictó a su pueblo leyes sabias y austeras predicando una religión de amor y resignación. Habitaba en palacios milagrosos, unos de plata, otros de turquesa, otros de plumas como enormes nidos.

En tiempos de Quetzalcóatl, el pueblo recibió los beneficios de los dioses. Cuentan que la tierra producía mazorcas de maíz del tamaño de un hombre, cañas altas y verdes como árboles, algodón de colores, por lo que no era necesario teñirlo; y aves desconocidas de pluma y canto, por lo que nada faltaba a los habitantes de la dichosa Tula.

Mas vino el tiempo malo; la fortuna de Quetzalcóatl y de los toltecas acabó para siempre, éstos desaparecieron y Teotihuacan quedó abandonada. Los dioses disfrazados de viejos hechiceros, vinieron a la tierra con el propósito de destronar a Quezalcóatl y arrojarlo de sus dominios.

Uno de los hechiceros se presentó ante Quetalcóatl, y le ofreció la esencia que cura todos los males y devuelve la juventud. Bebió el rey del elixir que en una fina vasija ofreció el hechicero; y a los pocos instantes notó que no tenía dolores ni malestar alguno; por lo que bebió más, sin saber que el hechicero pretendía embriagarlo con el vino blanco de la tierra, hecho de maguey, para conducirlo más tarde y fácilmente fuera de la ciudad.

-¿Adónde iré, hijo? Aconséjame. Quiero salir de Tula para siempre.
-Irás a Tlalpallán-, repuso el hechicero satisfecho de los efectos de la bebida blanca; y agregó: ahí te espera otro anciano como yo y si tú haces lo que te indique volverás a ser joven. Entre tanto, otro de los viejos brujos, para evitar que el pueblo defendiera a Quetzalcóatl se quedó en la plaza repartiendo a los toltecas del mismo vino blanco hasta embriagarlos.

Quetzalcóatl, al son de las flautas que, para alegrarlo tañían sus fieles servidores, tomó el camino que conduce al mar. Llegó a un lugar llamado Quatitlán , debajo del árbol más grande y más grueso, se sentó a descansar. Pidió a uno de sus vasallos un espejo, miró su rostro y dijo: “Soy un anciano, justo es que me sucedan estas cosas”.
Al llegar a Coahpa, le preguntan: Quezalcoalt, ¿Adónde vas..? ¿Porqué abandonas a tu pueblo? A lo que respondió majestuoso el rey: Voy a Tlapallán, donde me llama el sol.

-Ve enhorabuena; pero déjanos la sabiduría de las artes para fundir plata, para labrar las piedras preciosas, para tejer plumajes y decorar vasijas. Entonces Quezalcoalt, quitándose las muchas y preciosas joyas labradas que llevaba, las arrojó a una fuente, como lo hace el día con las estrellas de la noche; y dijo: -Ahí está mi riqueza y mi sabiduría. Tomadlas.

Quetzalcóatl siguió, hasta las riberas del horizonte en donde comienza la línea del mar. Hizo construir una balsa formada de culebras, y en ella se fue navegando. Así como se ignora de dónde vino, no se sabe a dónde fue, desde que se perdió a los ojos de los hombres en las riberas del mar.

Posteriormente en el siglo XVI, los aztecas lo concibieron como un símbolo de la muerte y la resurrección, así como patrono de los sacerdotes. Y que según su profecía, regresaría por donde nace el sol como un personaje blanco, alto, corpulento, de frente ancha, ojos azules y barba tupida de oro rizado, así era Quetzalcóatl, el Sumo sacerdote de Tula.

Por ello, cuando el conquistador Hernán Cortés apareció en 1519, el rey azteca Moctezuma II, se opuso enfrentarse a los conquistadores españoles por identificarlos con Quetzalcóatl.

En la Costa Chica se tiene reverencia a Quetzalcóatl, por que los toltecas fueron los primeros pobladores de esta región.

¡Hasta la próxima..!
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lunes, 2 de noviembre de 2009

Origen del Día de Muertos en México

LA MUERTE es un destino inexorable

Maribel González Campos


La fiesta que celebramos los días 1 y 2 de Noviembre tiene orígenes prehispánicos. En todas las culturas del México antiguo (Mayas, Olmecas, Mexicas, etc.) la muerte ocupaba un lugar muy importante. Los antiguos mexicanos, igual que en las culturas europeas y orientales, pensaban que el espíritu de los hombres era inmortal, esto es, que existía un lugar a donde iban a parar las almas de los muertos. Los Nahuas o Mexicas llamaron Mictlán a ese lugar.

A pesar de la similitud con la creencia cristiana, existen diferencias importantes. Una de ellas es que al Mictlán van todos los muertos sin importar como se portaron en este mundo (es decir, no existía el concepto de "buenos" y "malos", por lo tanto no se trataba de premios y castigos). Sin embargo, no todos los muertos eran iguales. Muchos de ellos se convertían en dioses, según hubiera sido su muerte. Los guerreros muertos en combate, se convertían en aves de plumaje muy colorido, que tenían la misión de acompañar al sol en su recorrido diario, especialmente al amanecer y en el atardecer.

Las mujeres que morían en su primer parto, recibían el nombre de Cihuateteo, y también tenían un lugar especial en el Mictlán. De esa manera los Mexicas rendían homenaje, tanto a la guerra como a la fertilidad (no debemos olvidar que fueron una civilización fundamentalmente guerrera).

Los sacrificios humanos, también tenían una función ritual. Los prisioneros de guerra eran sacrificados porque pensaban que el sol necesitaba alimentarse consangre para que tuviera la energía necesaria para que continuara su movimiento. Pero el viaje a Mictlán era peligroso.

Los muertos tenían que atravesar un río muy profundo, escalar montañas, pelear con fieras salvajes, etc. Por eso, cuando moría una persona era enterrada con una ofrenda, que consistía en cuchillos de obsidiana, comida y bebida suficiente para el viaje, un perro que los acompañara, y si el muerto era un personaje importante, lo enterraban con algunos sirvientes.

Durante la colonia, los misioneros cristianos trataron de erradicar esta costumbre. Lo único que consiguieron fue modificarla. La hicieron coincidir con la fiesta religiosa de "Todos los Santos". Pero en la conciencia de los indígenas quedaron restos de su tradición original. La celebración actual conserva todavía el concepto de que los muertos no "mueren", sino que solamente se fueron a vivir a otro lado, y pueden recorrer el camino de regreso si tienen la comida suficiente para soportar la caminata. Por eso se ponen ofrendas en las casa.

Es una forma de estimular a los seres queridos para que vengan a visitarnos de vez en cuando (esta es una idea que se contrapone con la idea universal de que los muertos "asustan". Las personas que amamos cuando vivían jamás podrán hacernos daño, y la mejor manera de recordarlas es invitándola a comer lo que a ellas más les gustaba. Esto sólo se da en México.

La muerte es el destino inexorable de toda vida humana y es natural que nos asuste y angustie su realidad, sobre todo cuando vemos de cerca el peligro de morir o cuando afecta a nuestros seres queridos. Este resumen dedicado a la celebración del Día de Muertos tiene el propósito de acercar a niños y adultos con la idea de la muerte, para que la vayan aceptando como parte inevitable de la vida humana, conocer cómo algunas culturas antiguas también hacían ritos sobre la muerte; y fortalecer el carácter desde el punto de vista religioso.

Además, espero pueda ayudar a entender mejor la sensibilidad mexicana, nuestra manera tan particular entender y dar sentido a la celebración del Día de Muertos.


Más que el hecho de morir, importa más lo que sigue al morir. Ese otro mundo sobre el que hacemos representaciones, costumbres y tradiciones que se convierten en culturas, todas de igual importancia, pues ante el camino desconocido que la muerte nos señala, sólo es posible imaginarla con símbolos.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Día de Muertos

APARICIONES Y VISIONES
Carlos Lara

En la Costa Chica, por estos días las pláticas de la gente se incrementan en torno a las apariciones, las visitas de los muertos o sucesos que a decir de estas están fuera de cualquier sentido común.
El día de muertos según la creencia popular es cuando se les da salida a las almas que tras despertar de su letargo tienen permiso para visitar el mundo terrenal.

Esto ha traído consigo una serie de leyendas, dichos y cuantos de tradición oral que de boca en boca y sobre todo de viejos a jóvenes trasmiten a su modo los hechos que supuestamente han acontecido.
La tradicional llorona

En nuestro región una de las leyendas más comunes o que incluso se conoce fuera de esta es el de la llamada Llorona, relato que se ha adaptado pero teniendo muchas similitudes a lo largo y ancho del país.
Las versiones del origen de esta mujer son muy variadas, desde antes de la llegada de los españoles se comentaba que era la diosa Cihuacóatl, quien aparecía elegantemente vestida y en las noches gritaba y bramaba en el aire.

Según esta creencia su atuendo era blanco y el cabello lo tenía dispuesto de forma tal que, aparentaba tener cuernos en la frente. Otros aseguraban que era Doña Marina, o sea la Malinche quien, arrepentida de traicionar a los de su raza, regresaba a penar.

Tras la conquista estas versiones sufrieron ciertas modificaciones alegándose que era una joven enamorada que había muerto un día antes de casarse y traía al novio la corona de rosas que nunca llegó a ceñirse.

Otros sin embargo aun creen que era la viuda que venía a llorarle a sus hijos huérfanos, o la esposa muerta en ausencia del marido a quien venía a darle el beso de despedida; o la desafortunada mujer, vilmente asesinada por el celoso marido apareciéndose para lamentar su triste fin y confesar su inocencia.

Tiempos de la colonia

Sea cual fuere su origen se dice que en tiempos de la colonia, a mediados del siglo XVI, los habitantes de la Ciudad de México se retiraban a sus casas sonando el toque de queda dado por las campanas de la primera catedral, a media noche y principalmente cuando había luna llena, despertaban espantados al oír en la calle unos tristes y lánguidos gemidos lanzados al viento por una mujer.
Esta tradición oral se sigue preservando hasta nuestros días y más en pueblos, poblados y rancherías que asocian el grito de la mujer con posibles tragedias o sucesos negativos.
“Va haber algo cuando se oye el grito es presagio de mal agüero, yo la oí por el lado del río y se escuchaba que lloraba, lo más feo es que después de eso los perros lloran muy feo”, señala Margarita García.
Otra de las historias más comunes es la relacionada a cuando una chica que desobedece a su madre le pasa un “acontecimiento del otro mundo”.
Las versiones son distintas dependiendo de la región, son adaptadas y por ser de tradición oral algunas se van modificando partes cambiando lugares o incluso agregándole y poniendo le mas “color al asunto”.
Mitos y Leyendas locales

“La bailadora del maligno”, es un libro donde se hace un recuento de los principales relatos que ha transmitido la gente de generación en generación.
Dichos relatos aun es común que en rancherías y poblados de la voz de los mayores se reúnan por las noches sobre todo los más pequeños para asustar y alertar de que no se porten mal.
La bailadora del maligno según este relato se da en una conocida disco de música popular donde una joven fue invita a bailar por un catrín y tras bailar largo rato con el descubre que en lugar de pies tiene una pata con pezuña y otra como de gallo referencias directas a la imagen del diablo.
“Estas historias sirven para las madres para regañar a su hijas y para no darles el permiso de salir a divertirse a altas horas de la noche”, refiere el investigador Francisco Ramos.
Se pierde la tradición oral

A pesar de la riqueza de la tradición oral cada vez son menos las personas que lo hacen y también menos las personas interesadas en escucharlos, por ello con el paso del tiempo algunas historias se han ido perdiendo de la memoria colectiva.

El miedo, el terror, el suspenso; forman parte de los relatos que la gente cuanta sobre todo la de mayor edad, esta tradición por estos días tiene su etapa cumbre donde supuestamente los espíritus tienen permiso para estar entre nosotros.
“Antes la tradición oral formaba parte de la vida misma de las personas así se han ido pasando de generación en generación cuentos, mitos y leyendas que son propias de cada región incluso algunas de otras regiones que son apropiadas o adaptadas”.

“Desafortunadamente esas historias se van perdiendo o ya no existe el interés por seguir contándolas”, puntualiza.