lunes, 8 de noviembre de 2010

El Zapatismo en la Costa Chica


CONTINGENTE zapatista en la Costa Chica

JAIME LÓPEZ JIMÉNEZ



A principios del siglo pasado, en 1910, el general Porfirio Díaz llevaba más de 30 años en la Presidencia de México, mediante múltiples reelecciones. Ello provocó entre otros problemas, la existencia de grandes latifundios, consecuencia de las expropiaciones masivas propiciadas por las leyes promulgadas durante esa época. Esta fue la causa de la insurrección agraria en la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, la cual constituyó uno de los primeros estallidos de violencia de los pueblos despojados de sus tierras comunales, y en contra de los terratenientes.

Uno de los inconformes a nivel nacional fue don Francisco I. Madero, quien pedía que terminaran las reelecciones del dictador y se convocara a elecciones donde se respetara el voto. Es así como el 5 de octubre de 1910, Madero lanzó el Plan de San Luís para tomar las armas, dando inicio el movimiento el 20 de noviembre del mismo año.

Entre los latifundistas en la Costa Chica tenemos a Antonio Reguera que acaparó la parte denominada La Calandria; José María Moctezuma: los terrenos de Banco de Oro; La Casa Miller: La Petaca, Cerro de las Tablas, Comaltepec, El Cuije, La Cañada de los Parajes, Tierra Blanca, San Nicolás y Cuajinicuilapa.

Otro de los acaparadores de terrenos comunales fue Juan Noriega, quien se adjudicó terrenos de Juchitán y Cenizas. Esto mismo sucedió con tierras comunales de Huehuetán, Igualapa, Azoyú, Minas, Tlacoachistlahuaca, San Luis Acatlán, San Marcos, Ayutla, Cuautepec y Cruz Grande que pasaron a manos de un reducido grupo de hacendados.

Ahora bien, cuando se inicia el movimiento maderista contra Porfirio Díaz, a los mismos terratenientes se les invitó para organizar las fuerzas armadas contra el dictador. Este grupo de revolucionarios en la Costa Chica, no tenía demandas agrícolas que defender, sin embargo se armaron y se lanzaron a la lucha solamente para proteger sus intereses como latifundistas y su fuero de ricos ganaderos.

La coordinación del maderismo en el Estado de Guerrero, comisionó para organizar la Costa Chica, a Ambrosio Figueroa, Mariano Romero y Manuel Centurión, quienes hicieron contacto directo con los hermanos Enrique y Pantaleón Añorve Díaz en Ometepec; y estos a su vez, reclutaron a más de dos mil elementos debidamente armados para iniciar la lucha.

Enrique Añorve Díaz comisionó a Manuel Centurión, para hacer proselitismo en Pinotepa Nacional, Jamiltepec, Cacahuatepec, Tapextla, Santo Domingo y Lo de Soto, de la Costa Chica de Oaxaca. Juan José Baños fue nombrado por Añorve como jefe maderista en esa zona, con sede en Pinotepa.

En el Estado de Guerrero se inicia la insurrección; y en Ometepec, fue tomada la plaza por los maderistas comandados por el Gral. Enrique Añorve Díaz, el lunes 17 de abril de 1911, a las 5.30 de la mañana. En este evento participaron rebeldes de toda la región, tanto hacendados como sus vaqueros, trabajadores y peones. Todos unidos a favor de la caída de Porfirio Díaz; y todavía no se tocaba el problema agrario.

El 10 de mayo de 1911, Enrique Añorve Díaz, Carlos Guerrero, Domingo Añorve e Isaías Vázquez Añorve, tomaron Acapulco, para después dirigirse a la toma de Chilpancingo e Iguala.

El 25 de mayo de 1911, el entonces Presidente Porfirio Díaz renuncia al cargo; y el 31 del mismo mes, parte a Francia en el buque “Ypiranga”.

A la renuncia de Porfirio Díaz, para los jefes maderistas la lucha armada había terminado con la caída del dictador; y Madero, al llegar a la Presidencia de la República planteó restituir las tierras mediante indemnizaciones legales, mientras que Emiliano Zapata exigía el reparto agrario de inmediato. Aquí es donde se dividen los revolucionarios del país y de la Costa Chica, pues los verdaderos campesinos pedían el cumplimiento de Plan de Ayala.

Mientras que a los maderistas de la Costa Chica, no les interesaba la causa zapatista, los seguidores del Plan de Ayala encabezados por Enrique Rodríguez de la Cruz de Igualapa, Vicente Reinoso de Huehuetán, Domingo Ortiz de Pinotepa; así como Nemesio Añorve de Tlacoachistlahuaca, Rogaciano Astudillo Rosas de San Luis Acatlán y Cristino Baños de Huixtepec, continuaban su lucha por el reparto agrario.

Los rebeldes zapatistas encabezados por los generales Manuel Reynoso, Néstor Adame y Palemón Orozco; y apoyados por Elpidio Cortez Piza y Ezequiel Olmedo, se concentraron y reorganizaron en Azoyú, desde donde planearon atacar a los terratenientes de Ometepec tomando la plaza el 8 de marzo de 1912, proveyéndose de víveres en las principales tiendas de la localidad ocupada.

En Ometepec, los zapatistas fueron recibidos con júbilo, música y cohetes por parte de sus simpatizantes, entre ellos los hermanos Juvencio, Enrique, Mauro y Prisciliano Reyes, Manuel Guillén, Bernardino Chupín, Macedonio Estrada, Mariano Camero y Ruperto Hernández.

El 11 de marzo de 1912, los maderistas se organizaron por parte de los terratenientes de Ometepec, para recuperar la plaza, perseguir a los zapatistas y destruir sus pueblos, como Huehuetán, Igualapa y Acatepec; destruyendo únicamente a Huehuetán. De esta manera, se iniciaron las pugnas entre zapatistas y maderistas en la Costa Chica.

El 22 de febrero de 1913 fue asesinado Francisco I. Madero, para sucederlo en la Presidencia de la República Victoriano Huerta y, posteriormente Venustiano Carranza. En este periodo, hay una intrincada y constante lucha entre maderistas y zapatistas en toda la nación y desde luego en nuestra costa, donde imperó el anarquismo y el desorden.

El 6 de enero de 1915, se creó la Ley Agraria, previendo la dotación de tierras a los campesinos, misma que expide el presidente Carranza en base a los postulados del Plan de Ayala. Lo anterior, provocó la reacción de los terratenientes; y tanto en la Costa Chica como en todo el Estado de Guerrero, se incrementaron las acciones bélicas entre ambos bandos.

El 5 de febrero de 1917, se promulga la nueva Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por don Venustiano Carranza.

El 10 de abril de 1919 fue asesinado en Chinameca, Estado de Morelos, el general Emiliano Zapata, quien aportó con su Plan de Ayala, una tesis social que fue columna vertebral de la Revolución Mexicana, pues recordemos que toda revolución que en su plan de acción no contemple una reforma agraria, no es revolución social, sino un golpe de Estado.

Al triunfo del Ejército Constitucionalista y la implantación de la Reforma Agraria, el año de 1925 siendo presidente de la República el general Álvaro Obregón, decretó que las fuerzas armadas de la Costa Chica, entregaran sus armas, tocándole esta acción al general Enrique Rodríguez de la Cruz, quien entregó también las de sus adeptos; concluyendo con ello una etapa de abusos, crímenes y despojos injustificados.

El año de 1937, correspondió al general Lázaro Cárdenas como presidente de México, cumplir con los ideales de Emiliano Zapata dándole la tierra a quien la trabaja; y en nuestra región, entre los líderes agrarios que solicitaron tierras para los campesinos, tenemos a los siguientes:

Antonio y Federico Molina, Rómulo Rodríguez, Jesús Torres Díaz, Ruperto Hernández, Juvencio y Mauro Reyes, Hermelindo Prudente, Isaac García, Ignacio Piza, Rafael Cariño, Amado López Alarcón y Santa Cruz Lorenzo, entre los más destacados.

Además: José Montaño de Santa María, Joaquín Domínguez de Cochoapa, Rodolfo Ramos Añorve de Huajintepec, Ignacio Valtierra de Xochistlahuaca, Obdulio Zárate de Cuajinicuilapa y Arcadio Reyes Ibarra de la Colonia Hidalgo. Todos ellos asesorados por el general Nabor Ojeda Caballero, Epigmenio López Barroso y los hermanos Efrén y Amado Sandoval Gil.

En estos momentos históricos, el zapatismo dio paso al agrarismo, que fue un movimiento político y social, que exigió la organización y la división justa de la tierra.

Ya en la etapa actual, etapa de paz y de reconstrucción nacional, el zapatismo de la Costa Chica, de Guerrero y de México, se cristaliza en los postulados de la actual Constitución Política de la República, cuyos artículos 3, 27 y 123, le dieron al pueblo mexicano las herramientas legales para alcanzar un desarrollo sustentado en bien de la nación.

¡Hasta la Próxima..!
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